viernes, 17 de febrero de 2012

1º BCH. COMENTARIO LINGÜÍSTICO.

Podéis practicar el comentario lingüistíco con este fragmento de la novela Si te dicen que caí de Juan Marsé.

Y sólo avisan cuando no saben arreglárselas falsificando salvoconductos, por ejemplo, o cuando tienen dificultades con el plástico y los fulminantes. Envían de mensajero a la sobrina de Esteban Guillén, una niña llorona que monta una bicicleta de hombre con las faldas hasta arriba del todo. Sería el «Taylor» el encargado de visitar a las familias de los compañeros presos o exiliados, llevar a sus mujeres alguna ayuda. Una chabola del Guinardó agobiada de mosquitos, ardiendo sus paredes de cinc en la noche de julio. La mesa bajo la luz azulada del petromax, tazas de café con sacarina y una baraja, y alrededor tres mujeres con sucias batas y zapatillas, rulos en el pelo y las caras embadurnadas de crema. A ver, Trini, dame el Flit, está esto de bichos que no se puede. Han interrumpido su partida de siete y medio y miran al «Taylor», tan pulcro con el pelo engomado y los ojos de hierro, el alto y duro cuello rayado de la camisa y el pasador de plata bajo el nudo de la corbata. Suena una radio, ladran los perros en las huertas cercanas. En la cama turca duerme Ramón con la boina apretada en el puño y la chaqueta de cuero cubriendo sus largas piernas. Meneses lo mira casi con envidia.
– No lo despiertes -se levanta la Trini -. Viene cansado del viaje. ¿Quieres una taza de café? Es lo único que hay en la casa.
– Gracias, rubianca -animándola el «Taylor», pellizcando su barbilla-. Arriba ese ánimo. Palau dice que mejor estaríamos de vacaciones forzadas como tu marido. Todos estamos cansados, no eres tú sola.

2º BCH. GUIRIS Y NATIVOS.

Aquí tenéis un texto de Elvira Lindo para aquellos que queráis practicar el comentario de texto:

GUIRIS Y NATIVOS.
A cuenta de un artículo que publicó en este periódico nuestro querido William Chislett, el inglés que más sabe de la España actual, se generó en la mesa una discusión interesante. Su artículo, búsquenlo porque merece la pena, versaba sobre cómo la reforma laboral no es la panacea para paliar el paro si no va acompañada de una mejora educativa que modifique nuestro sistema productivo. En un viaje a Canarias, el sabio Chislett constató cómo los puestos de dirección hoteleros van a parar a alemanes dado que los nativos no dominan los idiomas de los clientes que albergan.
Se me ocurría, por llevar un poco la contraria ante el entusiasmo unánime que provocaba la tesis de don William, que a este país nuestro, que necesita con urgencia una mejora en la enseñanza de idiomas, llegaron desde hace décadas alemanes e ingleses que incluso se establecieron en la costa mediterránea o en el sur cuando les llegó la jubilación. Mi impresión, en absoluto científica sino de mera observación, es que se enamoraron de un país rural, sencillo, barato, con un paisaje encantador y mejor clima. No aprendieron, en general, ni una palabra de español y, poco a poco, el espabilado camarero gaditano o mallorquín fueron adiestrándose en el manejo de las lenguas foráneas hasta facilitar a las nuevos paisanos un micro mundo a su medida, en el que no había cartel o menú que no estuvieran en su idioma de origen.
Lejos de mí negar la importancia de saber idiomas, al menos, en lo que se refiere a dominar lo básico del inglés del otro William insigne, pero mi impresión es que si España se ve forzada a abaratar en un futuro su turismo será debido a la destrucción sistemática del paisaje, algo en lo que han colaborado con entusiasmo la clase política y la falta de educación local, por qué no decirlo. Lo del inglés o el alemán lo podremos remediar pero esto otro…